sábado, 12 de mayo de 2012

Quinta etapa, deleitándonos la vista :)


Hoy nos levantamos a eso de las 7:00 después de una noche de ronquidos sin parar...Creo que los médicos recetan a los que roncan que hagan El Camino de Santiago porque no se salva ni unooo!!! Bueno, van saliendo los peregrinos uno tras otro hasta quedar solo nosotros, a los guiris ni les hemos visto jaja. A eso de las 9:00 con todo preparado salimos del albergue para desayunar en el bar de un tío que la tarde anterior yo había visto de taxista y efectivamente, ¡en España hay tanto paro porque todos los trabajos los tiene este hombre! El desayuno estupendo, incluso nos da a probar un boll típico, la bica, que esta buenísima. Le decimos que íbamos a ir por la nacional, pero nos anima a subir por los pueblecitos de montaña, y menos mal que le hicimos caso...¡Que vistas! Preciosas, de verdad.


Subiendo y bajando, eso será la tónica de esta etapa mañanera de unos 35 km que terminará en Laza. Unos pueblos diminutos, con bañeras en lugar de pilones  nos acompañan buena parte del camino. La vía férrea que une Santiago con Madrid la cruzamos varias veces por la mañana, El paisaje es precioso, como si retrocediésemos cien años, y llegamos a un estanque precioso.

Poco a poco vamos dejando atrás a peregrinos con los que pernoctamos, y te das cuenta de que son gente que no volverás a ver, pero a la vez ya forman parte de tu viaje, y tu del suyo. Solo espero algún día encontrarme con un blog que nos nombre y eso querrá decir que vamos en el recuerdo de algún peregrino anónimo como lo somos nosotros.





Llegamos hasta el puente donde dejamos la carretera y la cambiamos por un camino de cantos rodaos que nos hace temer por la salud de nuestras cubiertas, pero todo sigue perfecto. Una bajada en picado hará trabajar duro a nuestros frenos, que nos responden a la perfección sin apenas quejarse, solo un leve pitido a veces...y el camino se pierde, así que paramos a comer algo a ver si lo reencontramos. Poco después una falta de entendimiento fraternal hará que Sergio baje erróneamente como una exhalación cuesta abajo y yo desde la cuneta sin poder hacer nada por remediarlo más que llamar por teléfono. Al rato sube y retomamos el camino por una senda para andar, no para bicis. Llegamos hasta un pueblo que ya tiene una estética diferente, más actual.

Una subida al final del pueblo alucinante e inesperada nos espera, y nosotros casi sin agua. Al final logramos subir y llegar a otro pueblo con una fuente con una concha en la que nos juntamos unos cuantos peregrinos. Después de la parada otra subidita y empezamos lo que iba a ser la bajada más brutal de cuantas llevamos. Tierra, barro y alforjas no son una buena combinación, pero no nos queda otra....Aaaaabajo!!!



 Llegamos a un pueblo sin quererlo y una nueva cuesta nos espera. Un  cúmulo de infortunios y casualidades hacen que me vaya al suelo, en parado, como siempre...Cosas de los pedales, jeje. No ha sido nada así que arriba y a seguir bajando por carretera alcanzando los 60 km/h. Llegamos a Laza y una mujer nos recomienda un bar para comer, y allí vamos. Es la primera vez en mi vida que sin preguntarnos si quiera lo que queríamos aciertan de lleno, era lo más parecido que puede haber a comer en casa. Después de tal comilona decidimos buscar un sitio para plantas el campamento base para la siesta, y a la orilla de la carretera encontramos el sitio ideal. El bochorno es asombroso, incluso a la sombra.


A la media hora decidimos empezar el último de los tres puertos de nuestro camino, no es un puerto en sí, pero es una subida que parece que no tiene fin y que tiene más de 10 km. Nos despojamos de los maillots y nos echamos bien de cremita para luchar contra el sol, y arriba. Paramos unas cuantas veces, incluso bebimos agua de un riachuelo del arcén y esque el calor que hacía no era normal.








''Finalmente coronamos...ahhh noo, que aún queda...''. Esa ha sido la tónica de la tarde. En el último pueblo un amable vecino nos indica como ir al destino y nos dice que el va en esa dirección, poco más y nos pilla con una especie de corta césped asesino en el que iba montado, algo muy muy raro. A los pocos metros de llegar un grupo de moteros nos saludan uno a uno ¡a a golpe de pito! bueno de bocina, no quiero que haya malentendidos...





Y por fin un llegamos, un albergue super moderno nos espera, así que duchita, lavamos la ropa y a tomar la merecidiiisima caña donde se encontraban los moteros. Y a las 9 vuelta a casita para preparar la cena e ir a dormir que mañana hay que llegar a Orense y atravesarlo.

 Saludos a todos!

2 comentarios:

  1. Con estas cronicas parece que estoy haciendo el camino yo tambien,pero sin cansarme,ja,ja. Me encantan!!!!Bueno chicos suena a topico pero ya os queda menos, mucho animo y seguid asi CAMPEONES!!!!!!

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  2. Deleitándoos la vista y el estómago...jajaja

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