
Un albergue muy acogedor nos vino de perlas para afrontar el último día de esta experiencia, era una etapa normal, bastante flojilla, pero que tenía un buen desnivel tanto subiendo como bajando y nuestras maltrechas piernas, sobretodo las rodillas, ya se estaban quedando sin fuerzas por el sobre esfuerzo del día anterior, por lo que decidimos salir bastante temprano y poder así tomarnos la etapa final con relativa calma, ya que "tan solo" eran 46 km según el mapa y teníamos toda la mañana para llegar. La cosa era llegar.
Así que nos levantamos temprano, a las 7.30 y ya solo quedábamos los ciclistas en el albergue, nosotros dos y un peregrino "guiri" que venía desde Sevilla, pero a un ritmo más relajado. Fue el único guiri que nos encontramos en todo el camino que se había "Españolizado", ya que sus horarios eran mas normales para nuestras costumbres.
Sin ningún sitio donde desayunar, ya que el pueblo estaba desierto de vida hostelera, decidimos hacer los primeros 10 km y parar después en algún sitio a desayunar.Esos km se hacen duros, ya que el cuerpo está frio y resentido del día anterior y no tiene nada que quemar, por lo que el primer bar que vemos en Silleda nos abre el apetito y ahi que nos paramos.Un calor infernal, el un bar muy bonito y con unas cristaleras enormes nos encontramos al entrar, pero el cafetito acompañado de bollito, galletas y zumo, cortesía de la casa, nos levantan el ánimo.
Después de un rato salimos dirección santiago por la nacional hasta encontrarnos la siguiente flecha en la carretera, ya que va paralela al camino practicamente toda la etapa, por lo que decidimos entrar en camino un rato para disfrutarlo hasta que la mala señalización para los ciclistas que pasamos rápido nos hace entrar en una finca privada con unos perros que si no llegan a estar atados ¡ya tienen el desayuno servido! Por lo que en el siguiente cruce con la nacional volvemos a cogerla, y menos mal, porque son 8 km de bajada que por camino se hubieran hecho muy pesados para nuestras rodillas. Al final de la bajada entramos en la provincia de A Coruña y para celebrarlo paramos de nuevo a reponer fuerzas.
Comenzamos una ascensión de unos 4 km y llaneamos durante otros tantos, pero los repechos parecían que nunca se acababan. Teniamos la sensación de estar subiendo muuucho mas que bajando desde que entramos en Galicia, pensábamos que para llegar a la catedral tendríamos que coger un funicular para bajar, porque tan arriba no podía estar, pero como bien nos dijo la hospitalera del albergue la noche anterior: Esto es Galicia...Galicia es así!!!
Poco a poco le vamos robando kilometros a Santiago y por fín llegamos a una glorieta que nos indica que estamos entrando.! Despues de esa subida pensabamos que ya había acabado, peeeeroo Santiago resulta que también está cuesta arriba, por lo que aún nos quedará un esfuerzo más.

Rodeamos la catedral para entrar por el lado que entran todos los peregrinos y las gaitas empiezan a sonar. Ya se vislumbra la plaza y si miramos a nuestra izquierda... ¡ahí esta! LLEGAMOSSS!!!! Un escalifrío nos recorre.Han sido 7 largos y duros días pedaleando, con mucho viento en contra en muchas etapas, sin una gota de agua (Gracias Santiago), pero con un calor que picaba en las subidas que no era normal. Asique felicitaciones de unos y de otros por el trabajo bien hecho. Fotitos de rigor y a por nuestras compostelanas y sellos para acreditar lo que habíamos hecho durante toda la semana.
Preguntamos por la estación de autobuses, para deshacernos hasta las 9 y media que salía el autobús de las bicis y su pesada carga, pero nos tenemos que montar de nuevo en ellas porque está a un kilometro y medio mas o menos. Llegamos, las atamos, nos cambiamos y ya eramos personas normales, sin una burra de mas de 20 kilos a cuestas tooooodo el día.
Comemos en el Restaurante "El afilador" un buen plato de pasta y otro de carne de ternera y a visitar al Santo a la Iglesia para darle un abrazo, ¡como todo buen peregrino! Y poco más, toda la tarde de compritas y tomando algo para hacer tiempo para coger el bus, sin antes embalar nuestras bicis como si fueran jamón de York. Nueve horas de Autobús nocturnos nos han traído hasta aquí de nuevo para seguir con nuestras vidas, con una aventura más a nuestras espaldas.
Un saludo a toda la gente que nos ha seguido, hemos tenido casi 500 visitas así que muchas gracias a todos por los apoyos, y sobretodo a Coral, que se ha encargado de esto y ha velado por nuestra seguridad viendo como iban avanzando los puntitos en el mapa, por todo esto y mucho más, gracias, has hecho que este viaje no solo vaya a ser recordado por nosotros sino ¡por muchos de nuestros amigos!Saludos a todos y hasta el próximo camino :)


































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