Último día!
Nos levantamos a las 7.15 y somos casi de los primeritos. Parece ser que poco a poco los guiris se van españolizando, adoptan nuestras costumbres y salen a andar a una hora decente.
Montamos todo en el precioso y frió patio del monasterio-albergue y salimos a desayunar. Tomamos fuerzas y salimos a las 9 con los 62 km que teníamos aún por delante y con previsión de lluvia inminente. Y tan inminente... 5 minutos y ya estábamos poniendo el chubasquero para parar un poco la lluvia.
Han sido 20 km hasta Arzúa prácticamente en bajada y con un frió que a 3 días de junio, definitivamente, no es normal. Paradita en Arzúa para ver hacia dónde seguimos, barrita de cereales y a por los 40 km. Hoy la famosa muñeca ha ido como una morcilla y prácticamente inmovil para evitar dolores, aunque algún bache que otro se ha notado.
Seguimos hasta un alto otros 20 km y el chubasquero malherido ha dicho basta, así que en la parada del bar de las banderas de fútbol fabricamos un chubasquero a base de bolsas de basura que hasta me pegaba con la vestimenta, jajaja. Solo le faltaban las mangas.
Seguimos los 20 km a un ritmo demoledor de casi 20km de media y tras el último alto y pasar por el aeropuerto llegamos al fin a Santiago.
Nos bajamos de la bici para ir andando como buenos peregrinos y empezamos a escuchar las gaitas de la plaza del Obradoiro. Y ahí esta de nuevo, 520 km recorridos para ver la catedral, ¡y encima nos sonríe con unos rayitos de sol en forma de agradecimiento!
Las fotitos de rigor con nuestras burras y seguido a cambiarnos y a correos para deshacernos de ellas. Aunque ha costado lo suyo, ya que las cajas parecen para bicis de niño.
Nos damos un homenaje en forma de super menú del día en un céntrico restaurante, vamos a por nuestras compostelanas y a darle las gracias y un abrazo al santo que seguro nos ha ayudado. Seguido vamos de compritas . A tomar la penúltima en Santiago antes de coger el bus que nos llevara al aeropuerto para la vuelta a la rutina.
Y nada mas! Ha sido un placer hacer este viaje, muchas gracias a todos de parte de los 3 y espero que a alguien le pique el gusanillo leyendo esto y se aventure a vivirlo. Porque esto es diferente a todo, la generosidad y la bondad prima sobre todas las cosas. Ver a gente alemana y española haciendo piña, que te ofrezcan lo que tienen y que se preocupen por el cómo estas, o que simplemente te den una hoja de laurel para desearte suerte, no tiene precio.
Hasta la próxima y buen camino!












































